Complejo arqueológico de Wari, Ayacucho
El Complejo Arqueológico Wari: una joya de la cultura andina
El Complejo Arqueológico Wari se encuentra a unos 22 kilómetros al noreste de Ayacucho, en el distrito de Quinua, a 2.750 metros de altitud. Este extenso yacimiento, de unas 2.200 hectáreas, fue la capital de la cultura Wari, una de las civilizaciones precolombinas más importantes de los Andes. Los Wari, que florecieron entre los siglos VI y XI d.C., están considerados maestros del urbanismo y ejercieron una gran influencia en culturas posteriores, sobre todo en los incas.
Obras maestras urbanísticas y arquitectura de los wari
Las ruinas de Wari son un impresionante ejemplo de la avanzada arquitectura y planificación urbana de los wari. Todo el complejo está dividido en diferentes sectores rodeados de poderosas murallas. Estos muros, de hasta ocho metros de altura, separaban las zonas residenciales, ceremoniales y administrativas. Destaca el uso de estructuras constructivas en forma de «D», típicas de la arquitectura wari, que se pueden encontrar en varias partes de la ciudad, como los sectores de Sullu Cruz y Capillapata.
Otra característica destacada de la ciudad es su sistema subterráneo de abastecimiento de agua, que se alimentaba de la laguna de Yanaqocha a través de un canal de 25 kilómetros de longitud. Esta compleja red de canales de agua y sistemas de alcantarillado era una obra maestra técnica para la época y garantizaba el abastecimiento de agua a la población.
Artesanía y tesoros culturales
Los wari no sólo eran conocidos por su arquitectura, sino también por su artesanía. Los hallazgos de vasijas de cerámica, textiles, litografías y joyas indican una sociedad muy desarrollada. El uso de la turquesa en la región de Turquesayoc, en particular, demuestra que los wari eran capaces de producir finos ornamentos. Estos hallazgos sugieren que esta zona de la ciudad se dedicaba a la producción de joyas. Las representaciones petroglíficas descubiertas en Trankaqasa son también una prueba impresionante del arte wari. Estos grabados rupestres representan formas geométricas, espirales y serpientes, proporcionando una visión profunda del simbolismo de la cultura.
La importancia política y militar de Wari
Wari no sólo fue un centro cultural, sino también el corazón de un poderoso imperio político. Los wari gobernaban un inmenso territorio que se extendía desde Cajamarca, en el norte, hasta Tacna, en el sur. Su esfera de influencia abarcaba, por tanto, casi todo el Perú actual. Se calcula que la ciudad albergaba entre 50.000 y 70.000 habitantes, lo que la convertía en una de las mayores urbes de su época. Las estructuras administrativas y militares que se desarrollaron aquí constituyeron la base del posterior imperio inca. Muchas de las técnicas que más tarde adoptaron los incas, como el uso de carreteras y sistemas hidráulicos, tienen su origen en la civilización wari.
Lugares de interés del complejo arqueológico de Wari
El complejo arqueológico ofrece numerosos lugares notables que los visitantes pueden explorar hoy en día. Monqachayoc Wari es una zona subterránea donde se descubrieron cámaras funerarias que en su día albergaron a miembros de alto rango de la sociedad Wari. Aunque ninguna de las cámaras funerarias se encontró intacta, proporcionan información valiosa sobre los rituales funerarios de los wari.
Otro punto destacado es la zona de Gálvezchayoq, un pozo de diez metros de profundidad y once de diámetro que está conectado a una red de túneles. Estas estructuras, algunas de ellas subterráneas, ofrecen una visión única de la complejidad arquitectónica de la cultura Wari.
Vegachayuq Moqo es una importante zona ceremonial del complejo, lo que indica que Wari no sólo sirvió como centro administrativo y militar, sino que también tuvo funciones espirituales.
Innovaciones agrícolas
La región de Ayacucho era un reto para la agricultura debido a su difícil orografía. Sin embargo, los wari desarrollaron técnicas avanzadas para aumentar el rendimiento de la tierra. Entre ellas, la agricultura en terrazas y los sofisticados sistemas de drenaje, que permitieron a la población producir alimentos suficientes incluso en condiciones duras. Estas innovaciones agrícolas garantizaron la alimentación de la creciente población urbana y contribuyeron a la expansión del imperio wari.
El Museo de Sitio: una ventana al pasado
El Museo de Sitio, situado cerca del complejo, es una visita obligada para todos los visitantes. En él se exponen numerosos objetos procedentes de las excavaciones, como cerámicas, textiles, monumentos de piedra y momias. El museo también ofrece explicaciones detalladas y exposiciones que explican la historia de la cultura wari de forma comprensible y ayudan a los visitantes a entender la importancia de esta antigua civilización.
Información práctica para los visitantes
Los visitantes deben estar preparados para llevar sombrero y protección solar, ya que el clima de la región puede ser caluroso. Hay que pagar una pequeña entrada y se recomienda contratar a un guía local que proporcione información y explicaciones exhaustivas.
Cómo llegar al Complejo Arqueológico de Wari
El Complejo Arqueológico Wari se encuentra a unos 22 kilómetros al noreste de Ayacucho y es relativamente fácil llegar a él. Los colectivos (pequeños autobuses compartidos) salen regularmente de la ciudad en dirección a Quinua, un pequeño pueblo cercano al complejo. Los colectivos suelen salir de la calle José Santos Chocano de Ayacucho. El trayecto dura unos 30 minutos y cuesta entre 6 y 10 soles, dependiendo del día de la semana o festivo.
También puede reservar visitas guiadas, que suelen ofrecerse cerca de la Plaza de Armas. Estas visitas suelen ofrecer información y explicaciones adicionales sobre las zonas más importantes del yacimiento arqueológico y a menudo incluyen el transporte de ida y vuelta al complejo. También hay colectivos disponibles para el viaje de vuelta a Ayacucho.
Mejor época para visitar el complejo
La mejor época para visitar el Complejo Arqueológico Wari es durante la estación seca, de abril a octubre, cuando el clima en Ayacucho es mayormente despejado y soleado. Las temperaturas son agradables durante esta época y apenas llueve, lo que facilita la exploración de las ruinas abiertas.
Durante la temporada de lluvias, de noviembre a marzo, las precipitaciones suelen ser abundantes, lo que dificulta los desplazamientos por la región. Aunque el paisaje es más verde durante la estación lluviosa, los caminos embarrados y el tiempo lluvioso pueden hacer menos agradable la visita al complejo.
Foto de portada: Madeleine Price Ball