Festival de la Uva, el Vino y el Canotaje – Lunahuaná celebra vino, río y tradición
En medio del fértil valle de Cañete, a pocas horas al sur de Lima, vive en Lunahuaná una tradición vitivinícola que se remonta a 1890. Aquí crece la legendaria uvina, una variedad autóctona con una característica única: contiene 100 % de resveratrol, un potente antioxidante natural conocido como la “hormona de la juventud”. No es de extrañar que a Lunahuaná se le llame cariñosamente la “tierra de longevos”.
Pero este lugar no es solo un paraíso para los amantes del vino; también es un centro para los aventureros que practican canotaje –rafting en aguas bravas– en las cristalinas aguas del Río Cañete. Todas estas facetas se unen en un evento que cada marzo atrae visitantes de todo el Perú y más allá: el Festival de la Uva, el Vino y el Canotaje.
Un fin de semana de color, agua y vino
La festividad se celebra tradicionalmente el tercer fin de semana de marzo. El sábado comienza por la tarde con emocionantes competencias de canotaje y kayak en la zona turística ribereña del anexo Paullo, donde las corrientes del Cañete ponen a prueba a los participantes.
Luego, Lunahuaná se transforma en un escenario lleno de color: el Gran Corso Alegórico recorre las calles con carrozas decoradas y las candidatas de todos los sectores del distrito. Al caer la noche, la Plaza de Armas se ilumina con el Concurso de Faroles, un homenaje a la creatividad y el espíritu comunitario.
La jornada culmina con la elección de la Señorita Festival de la Uva, el Vino y el Canotaje y la premiación de los ganadores de las competencias acuáticas.
Domingo: tradición en estado puro
El domingo inicia con el izamiento de la bandera nacional a cargo de las autoridades locales. Luego, llega uno de los momentos más esperados: la pisa de uva. Descalzos y al ritmo del cajón, los participantes pisan las uvas recién cosechadas para elaborar de manera tradicional la cachina, bebida típica de la región.
Le siguen presentaciones de marinera y festejo, que conquistan al público con su elegancia y ritmo. Por la tarde se realiza el concurso de la “uva quebranta más grande de Lunahuaná” y la elección de la “mejor mazamorra de uva”, un postre que encierra el sabor del valle.
El día concluye con la premiación de los ganadores, reflejando no solo la competencia, sino también el espíritu de unión que caracteriza al pueblo.
Más que una fiesta
Durante dos días, cultura, naturaleza y aventura se fusionan en una experiencia única. Los visitantes degustan especialidades locales, recorren bodegas, bailan bajo las estrellas y sienten el latir de un valle que honra su historia y celebra la vida.
Quien visita Lunahuaná durante el Festival de la Uva, el Vino y el Canotaje vive más que un evento: se sumerge en un estilo de vida marcado por el vino, el río y el espíritu comunitario.
Imagen de portada: Mincetur