
Fortaleza de Pucará cerca de Juli: ciudadela lupaqa sobre el Altiplano
Fortificación precolonial al oeste de la ciudad de Juli
Al oeste de la ciudad de Juli se eleva el Cerro Pucará, en cuyas alturas se extiende la Fortaleza de Pucará. Esta antigua ciudadela sirvió a los lupaqa de habla aimara en el siglo XV como construcción de protección y defensa frente a la expansión del Imperio inca. Hasta hoy se conservan impresionantes murallas, restos de viviendas y espacios ceremoniales, desde donde se disfruta de una vista amplia sobre el altiplano y los alrededores de Juli.
La Fortaleza de Pucará combina historia, arqueología y experiencia paisajística, y es un destino recomendable para caminantes y amantes de la historia cultural que desean descubrir el Altiplano fuera de las rutas más conocidas.
Historia de la Fortaleza de Pucará
La fortificación se fecha entre los siglos XII y XV, cuando el señorío lupaqa desempeñaba un papel importante en la ribera occidental del lago Titicaca. Con el avance de los incas hacia el Collao, Pucará se convirtió en un bastión defensivo de valor estratégico.
Como ciudadela militar, debía repeler ataques y ofrecer refugio a la población. Al mismo tiempo funcionó como punto de observación para detectar a tiempo movimientos en el entorno. Su ubicación elevada permite hasta hoy un panorama impresionante, que explica muy bien la elección del emplazamiento.

Estructura de la fortaleza
Anillos de murallas y sectores
La Fortaleza de Pucará está formada por un sistema de varios anillos de murallas distribuidos en diferentes sectores del cerro. En algunos tramos, los muros alcanzan hasta seis metros de altura.
- Oeste: zona de la comunidad Inca Pucará
- Sur: comunidad Pucará Sullijicani
- Sureste: comunidad Yacari
En cada uno de estos sectores se observan cuatro a seis murallas, dispuestas en terrazas escalonadas y estructuras anulares. Muestran claramente la función de sistema de defensa y repliegue, que en caso de ataque ofrecía varias líneas defensivas.
Áreas habitacionales y centros ceremoniales
Además de las murallas, en el lugar se distinguen restos de muros de viviendas, aunque el paso del tiempo y la intemperie los han erosionado considerablemente. Aquí habrían vivido miembros de la élite local, guardias o grupos vinculados directamente a la defensa y a los rituales.
Evidencias arqueológicas sugieren que no se trató solo de una fortaleza, sino de un conjunto con carácter de ciudadela y con centros ceremoniales. Estos espacios apuntan a una fuerte dimensión ritual dentro de la sociedad lupaqa: protección, religión y poder político estaban estrechamente conectados.
Accesos y ubicación estratégica
Los accesos a la fortaleza —senderos estrechos y puntos de paso controlables— aún pueden reconocerse pese a los siglos transcurridos. Su trazado sigue el relieve del cerro y está pensado para obligar a los atacantes a aproximarse por rutas vigilables.
Desde la zona superior se abre una vista extensa sobre el entorno: una señal clara de la planificación estratégica al elegir el lugar. La fortaleza fue no solo refugio, sino también punto de observación y señalización.

Ubicación y cómo llegar a la Fortaleza de Pucará
Acceso vía Puno y Juli
La Fortaleza de Pucará se encuentra al oeste de Juli y se llega combinando transporte y caminata.
- Desde Puno, salga del Terminal terrestre zonal sur en combi por carretera asfaltada unos 80,7 km hasta el terminal terrestre de Juli (aprox. 1 h 29 min).
- Desde el terminal de Juli, continúe en auto particular o taxi por pista afirmada hasta la comunidad campesina de Yacari (Wawa Uta):
- Distancia: aprox. 3,7 km
- Tiempo: aprox. 15 min
Alternativa desde la Plaza de Armas
También puede salir directamente desde la Plaza de Armas de Juli:
- Plaza de Armas – comunidad Yacari (Wawa Uta): aprox. 3,15 km por vía afirmada, unos 17 min en auto o taxi.
Caminata hasta la fortaleza
Desde la comunidad de Yacari comienza el sendero hacia la Fortaleza de Pucará:
- Distancia: aprox. 2,4 km
- Tipo de camino: sendero de montaña, por tramos empinado y pedregoso
- Tiempo de caminata: aprox. 2 horas de ascenso
Se recomiendan buenas botas de trekking, ropa adecuada al clima y suficiente agua. Por la altitud, conviene caminar a un ritmo tranquilo.

Mejor época y horarios de visita
La Fortaleza de Pucará se puede visitar, en general, durante todo el año:
- Temporada de visita: todo el año
- Horario recomendado: entre 08:00 y 15:00, para realizar la subida y la bajada con luz de día
En la temporada seca (aprox. abril a octubre) los caminos suelen estar más firmes; en la temporada de lluvias (noviembre a marzo) el sendero puede volverse resbaladizo.
Flora, fauna y experiencia paisajística
Observación de fauna
En los alrededores de la fortaleza se pueden ver animales típicos del altiplano:
- Taruca (Hippocamelus antisensis) – ciervo andino esquivo, propio de zonas rocosas y montañosas.
- Llamas – animales de carga tradicionales, que pastan en la zona o acompañan a los pastores.
Vegetación altoandina
La vegetación refleja el entorno duro pero fascinante del Altiplano:
- Queñua – árboles andinos resistentes que prosperan incluso a gran altitud.
- Tola – arbustos bajos que cubren laderas y planicies.
- otros pastos y hierbas altoandinas adaptados al clima.
Desde la cumbre y las murallas se obtiene una vista impresionante sobre el altiplano, las comunidades cercanas y, con cielo despejado, amplias zonas de la meseta andina.
Actividades para visitantes
La Fortaleza de Pucará es ideal para quienes desean combinar caminata, observación de naturaleza y arqueología.
- Caminata/Trekking – el ascenso desde Yacari es una caminata gratificante, con vistas cada vez más amplias.
- Fotografía y video – murallas, terrazas, panorámicas y el juego de luces y sombras sobre el Altiplano ofrecen múltiples motivos.
- Observación de flora y fauna – tarucas, llamas, queñuas y tolas forman parte del paisaje.
- Experiencia paisajística – la ubicación elevada convierte a la fortaleza en un mirador excepcional de la región.
Quien visita la Fortaleza de Pucará camina literalmente tras las huellas de los lupaqa y descubre un antiguo lugar de defensa y culto que aún parece vigilar el altiplano de Juli.

