Iglesia Santo Domingo – Esplendor barroco e historia mística en el corazón de Ayacucho
Entre las estrechas calles Jirón 9 de Diciembre y Jirón Bellido se alza uno de los templos más antiguos de Ayacucho: la Iglesia Santo Domingo. Construida en los siglos XVI y XVII durante el periodo colonial español, es considerada la tercera iglesia más antigua de la ciudad, un testimonio de piedra de una época en la que la fe, el poder y el arte estaban íntimamente ligados. Para su edificación se reutilizaron enormes piedras de la antigua fortaleza inca de Pucaray, logrando una fusión única entre la elegancia colonial y la herencia precolombina.
Arquitectura con simbolismo
El templo está rodeado por una reja de hierro forjado, y su entrada principal está enmarcada por un imponente arco de medio punto flanqueado por pilastras de piedra. En el lado sur se encuentra una antigua entrada auxiliar, hoy tapiada, que destaca por su elaborado portal de alfiz: pilastras laterales, un arco con arquivolta y, sobre él, una corona con un escudo bicéfalo, símbolo del poder y la fe en la época colonial.
En la fachada principal se elevan dos torres de dos cuerpos con base peraltada y campanario, coronadas por pequeños cupulines sobre tambor. Una galería porticada con tres arcos en la planta baja y una columnata de madera en el piso superior aportan armonía a la fachada. A la izquierda del atrio, una puerta rectangular con un escudo dominico tallado en piedra da acceso al convento.
En este mismo lado se levanta una espadaña de tres arcos en mampostería de ladrillo, hoy sin campanas. La tradición popular asocia este lugar con las ejecuciones de la Inquisición. Otro elemento poco común es la “Columna de suplicio”, una columna de piedra con cruz, de las pocas que se conservan en la ciudad.
Un cofre de arte barroco
En el interior impresiona el altar mayor de brillante estilo barroco, completamente recubierto en pan de oro. Se organiza en dos cuerpos y tres calles, y alberga la imagen de la Virgen del Rosario junto a esculturas de San Juan Bautista y San Lucas.
Otros altares de gran relevancia son el dedicado a Santo Domingo y el Altar de la Dolorosa, que custodia la venerada imagen del Señor del Santo Sepulcro. El púlpito tallado de base pentagonal se conserva en excelente estado.
La iglesia también guarda valiosas pinturas, como las de Jesús Nazareno y la Virgen Dolorosa, traídas desde Quito en el siglo XVIII por Tomasa de la Fuente, quien también encargó las esculturas de los apóstoles en tamaño natural que decoran el altar mayor.
Museo y campanario con “piezas de ajedrez”
A la izquierda del altar mayor, junto a la sacristía, se encuentra el Museo de Arte Religioso, que conserva tesoros litúrgicos como cuadros, casullas, custodias y el “Santero”, considerado el primer retablo ayacuchano.
Desde el coro alto se accede al campanario, cuyo mayor atractivo sorprende a los visitantes: los pináculos están diseñados con formas de piezas de ajedrez — peones, torres, alfiles, caballos, dama y un rey coronado por una cruz. Una rareza arquitectónica única en la región.
Significado religioso y festividades
La Iglesia Santo Domingo es un lugar clave durante la Semana Santa en Ayacucho. El Viernes Santo parten de aquí las procesiones del Señor del Santo Sepulcro y de la Virgen Dolorosa, acompañadas por fieles vestidos de luto y por cofradías tradicionales.
Información para visitantes
- Ubicación: A 100 m (3 min a pie) de la Plaza Mayor de Ayacucho
- Desde el aeropuerto: aprox. 3 km (8 min en taxi)
- Desde el terminal terrestre: aprox. 3,8 km (15 min en taxi)
- Entrada: gratuita
- Museo y campanario: 5 soles (por la tarde o con cita previa en la sacristía)
- Horario: todos los días de 06:00 a 20:00 h
- Mejor época para visitar: todo el año
Foto de portada: Mincetur