Inti Raymi – El colorido festival de la cultura inca
Cada año, durante el solsticio de invierno en el hemisferio sur, Cuzco celebra Inti Raymi, el «Festival del Sol». Este animado festival, que se celebra el 24 de junio, tiene sus orígenes en la época de los incas. Fue fundado por el poderoso y famoso Inca Pachacútec, que vivió entre 1438 y 1471.
Las ceremonias originales del Inti Raymi duraban nueve días y honraban al dios del sol Inti, uno de los dioses más importantes de los incas. Hoy en día, las celebraciones se llevan a cabo en un solo día, el 24 de junio. Las espléndidas actuaciones en Cuzco, que recrean la ceremonia original, reúnen a unos 500 actores, bailarines y músicos, algunos de los mejores talentos de Perú.
Bailes Durante la Festividad
Bailes durante la Festividad
Durante el Inti Raymi en Cusco, los bailes son una parte esencial de las festividades. Los bailarines, vestidos con trajes coloridos y tradicionales, representan escenas de la vida inca y honran a Inti, el dios sol. Los movimientos de los bailes están llenos de simbolismo y muestran la conexión entre la naturaleza y la espiritualidad inca. Las danzas se acompañan de música andina tocada con instrumentos como quenas, zampoñas y tambores, creando una atmósfera vibrante y festiva que celebra la rica herencia cultural de los Andes peruanos.
Festividades en honor al Sol
Fiesta del Sol en la Plaza de Armas
El nombre Inti Raymi proviene del idioma quechua. «Inti» significa sol y «Raymi» es la palabra quechua para festival. Durante el imperio inca, solo los hombres incas podían participar en el festival, en el que se ofrecían sacrificios al sol, al dios Viracocha y al dios del trueno. Inti Raymi era la más importante de las cuatro ceremonias que se celebraban en la plaza principal de la ciudad de Cuzco, el Haukaypata. Los rituales antiguos incluían tres días de purificación y ayuno bajo la dirección del Sapa Inca y los Curacas, los gobernantes principales del imperio inca y de Cuzco.
Tradiciones del antiguo Inti Raymi
Durante los días de festividad, tradicionalmente solo se consumían agua, maíz crudo y chucam. En la mañana del solsticio de invierno, los participantes se reunían en la plaza principal de Cuzco, se quitaban los zapatos y miraban hacia el sol naciente. A medida que el sol subía, se agachaban y levantaban dos copas doradas llenas de ofrendas: la izquierda para el sol y la derecha para el Sapa Inca. También se fabricaban estatuas de madera vestidas con ropa fina, que al final del festival eran quemadas.
El final de la ceremonia incluía el sacrificio de llamas y, en ocasiones, sacrificios humanos en el templo Coricancha de Cuzco. Además, se ofrecían sacrificios a Pachamama, la madre tierra, para asegurar una buena cosecha y marcar el comienzo de una nueva estación.
El final del Inti Raymi
El antiguo festival de Inti Raymi desapareció con la caída del imperio inca a principios del siglo XVI. Una epidemia de viruela traída por los españoles diezmó a la población, incluyendo al Sapa Inca y su heredero, lo que sumió al imperio en una guerra civil. En 1532, una armada de conquistadores liderada por los hermanos Pizarro invadió el imperio inca. Para 1533, habían ejecutado al último emperador, Atahualpa, y establecido a Cuzco como la capital de la colonia española.
La fuerza ideológica detrás del imperio español era la difusión de la fe católica. Por lo tanto, festivales «paganos» como Inti Raymi fueron prohibidos. El último Inti Raymi antiguo se celebró en 1535.
La fiesta del Inti Raymi en la actualidad
Desde 1944, las recreaciones de las ceremonias del Inti Raymi se llevan a cabo en Sacsayhuamán, a pocos kilómetros del centro de Cusco. El moderno Inti Raymi es el festival más grandioso y colorido de la cultura inca en la era contemporánea. Cada año, a finales de junio, el espectáculo atrae a miles de turistas a Cusco y culmina un mes lleno de festividades religiosas y culturales.
Dos semanas antes del festival, la ciudad se llena de vida con grupos de bailarines y músicos que tocan música andina tradicional en la plaza principal y recorren las calles empedradas de Cusco. Fuegos artificiales nocturnos compiten con los colores brillantes de los trajes de los intérpretes, y los vendedores ambulantes ofrecen platos tradicionales del festival. Todo esto es solo la preparación para el evento principal, la ceremonia inca en la antigua fortaleza de Sacsayhuamán.
La reconstrucción de una tradición centenaria
El primer festival moderno de Inti Raymi fue organizado en 1944 por Faustino Espinoza Navarro, miembro fundador de la «Academia Peruana de la Lengua Quechua» en Cusco. Con un elenco de 600 actores locales, Espinoza, interpretando al Sapa Inca, revivió la festividad.
Aunque se conoce poco sobre los detalles exactos de las celebraciones originales, debido a la ausencia de registros escritos en quechua, la reconstrucción actual se basa en hallazgos arqueológicos y tradiciones orales. Este renacimiento del Inti Raymi desempeña un papel crucial en la preservación y difusión de la cultura peruana.
Hoy en día, muchas comunidades indígenas de los Andes peruanos siguen celebrando los antiguos ritos de Inti Raymi, sin sacrificios humanos, considerando a Inti como una figura importante para la prosperidad de sus familias y tierras.
Celebraciones del Inti Raymi en Cusco
Las antiguas ruinas de la fortaleza de Sacsayhuamán en las colinas sobre Cusco ofrecen una atmósfera especial para locales y visitantes el día del Inti Raymi. Las festividades, que incluyen música andina, danza, simulaciones de ritos antiguos, desfiles y ceremonias en quechua, se extienden durante todo el día. El Sapa Inca, interpretado por un actor profesional, es la figura central, vestido con atuendos tradicionales y llevado en una plataforma.
El Inti Raymi moderno comienza la mañana del 24 de junio en el Templo de Coricancha, donde el Sapa Inca se presenta ante la multitud. Luego, es llevado en un carro dorado hasta la Plaza de Armas, acompañado por músicos y mujeres que esparcen flores y ahuyentan espíritus malignos con ramas de Cedroncillo.
En la Plaza de Armas, el Sapa Inca bendice a la multitud antes de dirigirse a Sacsayhuamán. Las ruinas se llenan de espectadores que han conseguido entradas, mientras miles más se agrupan en las colinas circundantes. La ceremonia culmina con el simbólico sacrificio de una llama negra, cuyas «entrañas» se leen para predecir el futuro del imperio. La ceremonia finaliza al ponerse el sol, y el Sapa Inca regresa a Cusco, dejando espacio para bailarines y músicos.
Excursión al Inti Raymi
