Monasterio de Santa Rosa en Arequipa

Monasterio de Santa Rosa en Arequipa: Un Testimonio de la Devoción a la Patrona de Perú


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El Convento de Santa Rosa en Arequipa es una de las edificaciones religiosas más antiguas de la ciudad y un símbolo significativo de la devoción a Santa Rosa de Lima, la patrona de Perú. Santa Rosa de Lima, una de las santas más importantes y veneradas del continente sudamericano, ha inspirado numerosas iglesias y conventos en todo el país que llevan su nombre. El monasterio en Arequipa es un ejemplo notable de esta profunda veneración y sirve como un lugar de oración y dedicación espiritual.

Historia y Significado del Monasterio

El Monasterio de Santa Rosa se encuentra cerca del centro histórico de Arequipa, también conocida como la «Ciudad Blanca». Originalmente, debía construirse en Moquegua, pero gracias a las donaciones de Don José Alcázar y Padilla y Doña María Peñaloza, finalmente se erigió en Arequipa. La construcción se completó en 1747, y el monasterio fue fundado por un grupo de monjas dominicas del Monasterio de Santa Catalina. Su misión era difundir la vida y obra de Santa Rosa de Lima a través de la oración y la evangelización.

El monasterio está construido completamente de sillar, una piedra volcánica blanca que se utiliza en muchos edificios del centro histórico de Arequipa. Está rodeado por un alto muro coronado por una torre, un campanario y una imponente entrada principal hecha de sillar tallado con arte.

Una Vida de Oración

En el monasterio viven unas 20 monjas dominicas que veneran a Santa Rosa de Lima a diario. Su rutina diaria comienza temprano en la mañana con el rezo del Santo Rosario y la Tercia, una hora canónica de oración, seguida de la misa a las 7:00 a.m. El día está lleno de ejercicios espirituales, lecturas y oraciones, que se centran en una vida de dedicación y meditación. El día termina con una oración personal, la cena y el retiro a las habitaciones alrededor de las 9:00 p.m.

Santa Rosa de Lima: Un Símbolo de Fe y Unidad

Santa Rosa de Lima, nacida en 1586 como Isabel Flores de Oliva en Lima, es no solo un ejemplo para los católicos devotos, sino también un símbolo de la unidad peruana. Desde joven dedicó su vida a la oración, el ayuno y la penitencia. A los 20 años, se unió a la Tercera Orden de Santo Domingo, donde continuó su devoción a Dios y el servicio a los necesitados. Su profunda vida espiritual y numerosos milagros llevaron a que fuera proclamada en 1671 como la primera santa del continente americano. Un milagro notable ocurrió cuando ella y otras mujeres, a través de la oración, salvaron la ciudad de Callao de un ataque pirata, lo que le otorgó la representación simbólica con un ancla.


Monasterio de Santa Rosa

Dirección: Pasaje Santa Rosa 101 – Cercado de Arequipa


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