Pinturas rupestres de Convental cerca de Pisacoma
Escenas de caza prehistóricas en el valle altoandino de Pisacoma
En la comunidad de Chambalaya Arriba, en lo alto del valle, dentro del sector Hueco, se esconden las pinturas rupestres de Convental: un testimonio silencioso de las primeras culturas de cazadores y pastores del altiplano peruano. En un abrigo rocoso natural y en el interior de una pequeña cueva, hace aproximadamente 5.000 a 8.000 años los antiguos pobladores dejaron sus huellas: tarucas (venados andinos), camélidos y figuras esquemáticas fueron trazados en un intenso color rojo y, en algunos casos, también grabados sobre la superficie de la roca.
Por su valor arqueológico, el lugar fue reconocido por el Ministerio de Cultura como Patrimonio Cultural de la Nación. Además de su dimensión cultural, el abrigo y la cueva ofrecen vistas amplias del paisaje del altiplano: un sitio ideal para la contemplación, la observación de la naturaleza y una visita tranquila en familia.
Motivos y estilo de las pinturas rupestres de Convental
Tarucas, camélidos y manadas prehistóricas
Las pinturas de Convental se ubican en las superficies protegidas de un saliente rocoso y en el interior de una pequeña cueva. A simple vista se distinguen:
- tarucas (venados andinos) en distintas posturas,
- camélidos (probables antepasados de llama y alpaca), a menudo en grupos y en diferentes posiciones de movimiento,
- otras figuras animales estilizadas que reflejan la relación estrecha de los antiguos pobladores con la caza y el mundo de las manadas.
Los animales aparecen a veces aislados y, otras, en conjuntos; algunos parecen correr, otros reposar o avanzar por la roca. La composición funciona como una escena congelada de la vida cotidiana de aquellas sociedades tempranas.
Color, técnica y antigüedad
El color dominante es un rojo intenso, obtenido de pigmentos naturales y aplicado sobre la roca. En algunas figuras, los contornos se combinan con incisiones o pequeños grabados que refuerzan la silueta y aportan textura.
Por su estilo y técnica, el conjunto se vincula con la época de formación de las primeras sociedades pastoriles del altiplano, dentro del llamado Periodo Arcaico de la prehistoria andina. En ese tiempo, las poblaciones comenzaron a:
- pasar de la caza exclusiva al manejo y pastoreo de manadas,
- expresar su entorno mediante lenguajes visuales,
- y utilizar lugares como Convental como espacios de vida cotidiana, simbolismo y ritual.
Las imágenes no solo remiten a escenas de caza, sino también al intento de fijar experiencias, mitos y observaciones en un soporte duradero.
Contexto arqueológico y cultural
Las pinturas rupestres de Convental forman parte de los testimonios más tempranos de presencia humana en el altiplano meridional de Puno. Por su antigüedad (aprox. 5.000–8.000 años) remiten a un periodo:
- en el que se consolidaban las primeras sociedades de pastores,
- en el que el ser humano aprendía a atraer, controlar y acompañar a los animales,
- y en el que organizaba su mundo mediante prácticas rituales y representaciones simbólicas.
La ubicación en un ámbito cercano a zonas de ocupación y con carga ritual sugiere que Convental funcionó como espacio doméstico y ceremonial: un lugar para vivir, cazar, pastorear y, al mismo tiempo, realizar ritos.
Ubicación y cómo llegar a las pinturas rupestres de Convental
Desde Juli vía Pisacoma
Las pinturas rupestres de Convental se encuentran en el interior del distrito de Pisacoma y se puede llegar desde la capital provincial Juli:
- Juli – Pisacoma: salida desde la Plaza de Armas de Juli y viaje en auto particular por carretera asfaltada hasta la Plaza de Armas de Pisacoma.
- distancia: aprox. 94 km
- tiempo: cerca de 2 horas
- Pisacoma – carretera a Chocorasi (km 9,5): continuación en vehículo por una vía afirmada hasta el km 9,5 rumbo a Chocorasi.
- distancia: aprox. 9,5 km
- tiempo: cerca de 20 min
- Km 9,5 – Convental: desde allí, caminata por un sendero hasta el abrigo rocoso.
- distancia: aprox. 450 m
- tiempo: unos 20 min
Ruta alternativa vía Desaguadero
Otra opción de acceso es por la ciudad fronteriza de Desaguadero:
- Desaguadero – Pisacoma: desde un paradero en la carretera binacional, tomar combi por vía asfaltada hasta la Plaza de Armas de Pisacoma.
- distancia: aprox. 90 km
- tiempo: alrededor de 2 horas
- Pisacoma – km 9,5 – Convental: continuar como en la ruta anterior (vehículo + caminata).
Para el tramo final se recomiendan zapatos firmes, ya que el sendero asciende levemente y puede ser pedregoso.
Mejor época y horario recomendado
Las pinturas rupestres de Convental pueden visitarse todo el año:
- temporada: todo el año
- horario recomendado: aprox. 08:30 – 16:30
Lo ideal es ir por la mañana, cuando la luz es más suave, la temperatura resulta más agradable y los contrastes de las figuras suelen apreciarse mejor.
Naturaleza: fauna, aves y paisaje del altiplano
Fauna en los alrededores
El camino atraviesa un paisaje típico del altiplano donde, con suerte, se pueden ver:
- vicuñas, camélidos silvestres de lana fina,
- alpacas de las comunidades altoandinas,
- venados (avistamientos ocasionales de fauna silvestre).
Aves y amplitud del valle
En la zona también es común observar wallatas (gansos andinos), fáciles de reconocer por su plumaje blanco y negro. La amplitud del valle y la sensación de espacio abierto regalan panorámicas ideales para fotografía, observación y momentos de silencio.
Actividades para visitantes
Convental es perfecto para quienes desean combinar arqueología, naturaleza y calma.
- Fotografía y video – pinturas, cueva, abrigo rocoso y paisajes (siempre con respeto: no tocar la superficie pintada).
- Estudio e investigación – un lugar interesante para trabajos arqueológicos, iconográficos y etnológicos sobre las primeras sociedades pastoriles del altiplano.
- Caminata – acceso corto con bonita vista desde el valle.
- Paseo familiar y descanso – el entorno tranquilo invita a quedarse, contemplar y explorar con niños.
Quien visita las pinturas rupestres de Convental obtiene una mirada poco común a la imaginación visual de los antiguos habitantes del altiplano: un lugar donde caza, vida cotidiana y ritual quedaron reflejados en la roca durante milenios.
