Río Cañete – La cinta verde entre los Andes y el Pacífico
En lo alto, en las heladas cumbres de las cordilleras Ticlla y Pichahuarco, se encuentra la discreta Laguna Ticllacocha. A más de 4.500 metros sobre el nivel del mar, en plena divisoria de aguas con el río Mala, comienza aquí el recorrido de uno de los ríos más fascinantes de la costa peruana: el Río Cañete. Alimentado por lluvias, lagunas y el deshielo de los glaciares circundantes, recorre más de 200 kilómetros –desde los Andes hasta el Pacífico–.
De la sierra al corazón del valle
Al inicio, el Río Cañete fluye por los solitarios valles de Catahuasi, antes de girar hacia el oeste y alcanzar las suaves estribaciones andinas en Zúñiga y Pacarán. En Lunahuaná, el valle se abre formando un oasis verde entre el desierto costero y las cadenas montañosas. Aquí, a solo 479 metros de altitud, el río marca la vida local, irrigando campos de yuca, maíz, ajíes, arvejas, frijoles, uvas, paltas, nísperos y pacay.
Un mosaico de vida
Las orillas del Río Cañete están cubiertas de abundante vegetación: caña brava, caña hueca, caña carrizo, sauces y juncales que ofrecen refugio a innumerables especies. Entre tallos y ramas se esconden el pájaro bobo y otras aves pequeñas. Con un poco de atención, también se puede avistar al chivillo, el ano pico surcado, el rojo intenso churinche, la torcasa ala blanca, la garza blanca o el laborioso pájaro carpintero.
En sus aguas habitan el codiciado camarón de río, bagres, chicocos, pejerreyes y otros crustáceos, conformando un tesoro tanto culinario como ecológico.
Naturaleza y aventura – de Catapalla a Socsi
El tramo turístico principal se encuentra entre los centros poblados de Catapalla y Socsi, en el distrito de Lunahuaná. A lo largo de 36 kilómetros, el río presenta rápidos de diversos niveles de dificultad, lo que lo convierte en un paraíso para el rafting y el kayak. De diciembre a abril, las lluvias andinas aumentan el caudal y la adrenalina, mientras que en el resto del año se pueden realizar recorridos más tranquilos.
Además de los deportes acuáticos, los senderos ribereños invitan a paseos y caminatas. La cámara es indispensable, no solo para captar el paisaje, sino también la flora, la fauna y las aves. En los pequeños puestos artesanales, los visitantes pueden adquirir souvenirs y artesanía, muchas veces inspirados en los colores y formas del entorno fluvial.
Historia y cultura
Mucho antes de la llegada de los españoles, el valle de Cañete ya era un centro agrícola fértil. Los incas aprovecharon el río para irrigar campos mediante complejos canales y abastecer a sus ejércitos. Estas estructuras históricas aún se pueden observar. Lugares míticos como el Apu Pariaccaca, las lagunas de la Reserva Paisajística Nor Yauyos-Cochas o el sitio arqueológico de Incahuasi combinan naturaleza y pasado de manera única.
Sabores a orillas del río
De las aguas del Río Cañete proviene la estrella de la gastronomía local: el camarón de río. Ya sea en ceviche, en sopas picantes o frito y crujiente, es un plato imprescindible. También destacan la trucha a la parrilla, el chicharrón de cuy, la carapulcra con sopa seca y las frutas frescas de las chacras vecinas.
Mejor época para visitar
- Todo el año, de 06:00 a 18:00 h
- Febrero y marzo: caudal alto; consultar con el SENAMHI la seguridad de las actividades
- Diciembre a abril: mejor época para rafting y kayak
- Mayo a noviembre: ideal para observación de naturaleza y paseos en bote tranquilos
Imagen de portada: Mincetur