
Roscasiri: la fiesta del pan de Pomata a orillas del lago Titicaca
Panorama general: pan, autoridad y tradición aymara en el Día de Año Nuevo
Cada año, el 1 de enero, el pueblo altoandino de Pomata se transforma en un escenario de pan, colores y música: la fiesta del pan Roscasiri, llamada en aymara también Roskasiña o Roscasisri, es una de las tradiciones más singulares y, a la vez, más simbólicas del sur del lago Titicaca. En el centro están los Tenientes Gobernadores, autoridades y dirigentes comunales, cuyos cuerpos se adornan ese día con panes cuidadosamente horneados: un ritual vivo que une poder, responsabilidad, fertilidad y comunidad de una forma única.
Origen y significado de la fiesta Roscasiri
Pomata: identidad aymara en el lago Titicaca
Pomata, una localidad con una profunda cultura aymara en la ribera sur del lago Titicaca, es desde “tiempos inmemoriales” el hogar de la fiesta Roscasiri. La tradición está tan ligada al lugar que se considera única en todo el departamento de Puno. Aquí se encuentran la lógica del calendario católico del Año Nuevo y la lógica cíclica andina del año agrícola en un mismo ritual.
El pan como símbolo de abundancia y responsabilidad
El elemento central de la celebración es la rosca, un pan tradicional de horno de leña, profundamente integrado en la vida cotidiana de Pomata. Con la misma masa, durante Roscasiri se elaboran:
- roscas (panes en forma de anillo),
- panes con forma de poncho,
- sombreros y chullos de pan,
- aves y otros animales de la región,
- y diversas figuras simbólicas, todas hechas de masa.
Estos panes no solo adornan a los Tenientes Gobernadores: representan alimento, protección y abundancia, y expresan lo que la comunidad espera de sus autoridades en el año que comienza.

El día central: Roscasiri el 1 de enero
Los Tenientes Gobernadores con “atuendo de pan”
En la mañana del 1 de enero, se reúnen en Pomata los Tenientes Gobernadores nuevos y en ejercicio de los distintos sectores del distrito. Son más de 150 autoridades locales que asumen oficialmente su cargo ese día. Ante la mirada de la comunidad, son:
- colgados con roscas y ponchos de pan,
- adornados con sombreros de pan, figuras de pan en forma de animales y otros símbolos,
- acompañados por familiares y allegados, que les entregan panes adicionales como señal de cariño y apoyo.
Los ponchos de pan que cubren el cuerpo de los Tenientes pueden pesar varios kilos. Aun así, los cargos deben avanzar bailando con dignidad por la plaza: un gesto de su disposición a cargar con el peso del cargo y la responsabilidad ante la comunidad.
Frente al Templo de San Santiago
Uno de los momentos más impresionantes de la fiesta es la reunión de más de 150 Tenientes Gobernadores vestidos de pan frente al Templo “San Santiago”. La fachada de la iglesia se convierte en el telón de fondo de una escena viva de pan, trajes, música y simbolismo aymara.
Desde allí comienza un pasacalle, una procesión festiva en la que los Tenientes y sus familias desfilan con orgullo por las calles. Es una puesta en escena pública de:
- unidad familiar (parientes y amigos acompañan a las autoridades),
- orgullo comunitario (la comunidad muestra sus costumbres),
- alegría de Año Nuevo (se celebra el inicio de un nuevo ciclo).
Música, danza y sonidos de la tradición aymara
Los sonidos de Roscasiri son tan característicos como sus imágenes. Los Tenientes Gobernadores bailan junto a sus esposas en la plaza, acompañados por:
- pinkillos, flautas andinas agudas,
- tarkas, flautas de madera de sonido potente, áspero y ancestral.
Las melodías siguen ritmos antiguos que continúan vivos en la región. La música refuerza el carácter casi hipnótico de la procesión: pan, movimiento, respiración y sonido se funden en una sola experiencia, como si el Año Nuevo se “bailara” hacia adentro.
Augurio para la campaña agrícola
Para la población de Pomata, Roscasiri no es solo una fiesta de transición: también es un ritual de augurios. La cantidad y la opulencia del adorno de pan se interpretan como señal para el año agrícola:
- si los Tenientes llevan especialmente muchos panes y de gran tamaño,
- se considera un signo de que el año será próspero y fértil.
La “rosqueada”, como llaman localmente al acto de vestir con pan, se convierte así en una especie de indicador de las esperanzas colectivas para una buena campaña. El pan, que en lo cotidiano asegura la vida, se vuelve aquí una medida visible de bienestar y buena cosecha.
Una cultura festiva única para viajeros
Para quienes visitan Roscasiri, la fiesta abre una ventana intensa a la cultura festiva aymara de Pomata:
- Se vive un ritual de Año Nuevo donde el pan se convierte en vestimenta.
- Se observa cómo la dignidad del cargo y la alegría colectiva se entrelazan.
- Se escuchan ritmos precoloniales que aún se interpretan.
- Se percibe cuán unidos están fe, agricultura y comunidad.
Quien desee presenciar la celebración debería pasar el cambio de año en Pomata, estar temprano la mañana del 1 de enero en la plaza frente al Templo de San Santiago y compartir la jornada con la comunidad, siempre con respeto por el sentido religioso y cultural de esta singular fiesta del pan.

