
Sitio arqueológico de Wilakaya – fortificación y asentamiento en el cerro cónico cerca de Coasa
Resumen: centro habitacional y defensivo preincaico con vista panorámica
El sitio arqueológico de Wilakaya se alza en la cima de un marcado cerro de forma cónica cerca de la carretera que conecta Coasa con Esquena. Muy por encima de los valles y quebradas de la provincia de Carabaya, este lugar fue en época preincaica un importante centro de habitación y defensa. Desde aquí se abre una amplia vista panorámica sobre el paisaje montañoso circundante, un punto ideal para detectar con antelación aproximaciones y posibles movimientos enemigos.
Wilakaya reúne construcciones residenciales, muros perimetrales y estructuras defensivas y ofrece una impresionante mirada a las estrategias con las que antiguas comunidades altoandinas se protegían de ataques sin renunciar al confort de un asentamiento fijo.
Ubicación, función y importancia estratégica
El asentamiento se encuentra en la cima de un cerro de gran altura, cuyas laderas escarpadas vuelven el lugar casi inaccesible. Precisamente esta topografía desafiante fue el motivo de la elección del emplazamiento:
- Protección natural: laderas muy inclinadas y un acceso difícil conformaban una primera línea de defensa.
- Vista panorámica: desde Wilakaya se podían observar amplias zonas del entorno.
- Sistema de alerta temprana: posibles ataques o movimientos enemigos eran detectables desde lejos.
Todo indica que sus habitantes vivían en un periodo de conflictos y amenazas frecuentes: el sitio transmite la imagen de una comunidad en permanente estado de alerta, marcada por la experiencia de incursiones y enfrentamientos recurrentes.
Arquitectura: construcciones de piedra, pabellones y murallas defensivas
Wilakaya es un ejemplo típico de arquitectura altoandina adaptada a las condiciones del terreno, que combina áreas residenciales con función militar.
Construcciones residenciales y estructura interna
El asentamiento se caracteriza por una gran cantidad de edificios, construidos mayoritariamente en técnica de piedra laja:
- Material de construcción: piedras en lajas y bloques de tamaño mediano, unidos con mortero de barro.
- Planta: recintos principalmente cuadrados y rectangulares.
- Tipo de techumbre: muchos edificios tenían techos a dos aguas, identificables por los mojinetes (muros frontales de los hastiales) aún visibles.
- Aberturas: pequeñas ventanas y hornacinas en los muros exteriores, que combinaban iluminación, ventilación y funciones simbólicas.
- Cercos de piedra: muros bajos de piedra seca que unían ambientes y construcciones, articulando el espacio interior.
Las edificaciones se agrupan en pabellones, que parecen reflejar unidades de vivienda y, posiblemente, grupos de familias o clanes.
El gran edificio principal
Entre las estructuras destaca especialmente un edificio de gran tamaño:
- Planta: forma rectangular de unos 21 m de largo por 8 m de ancho.
- Techo: evidencias de un techo a dos aguas con dos vertientes inclinadas.
- Aberturas: dos ventanas superiores orientadas hacia el este, tres hornacinas trapezoidales en el interior y tres puertas, también abiertas hacia el este.
Por sus dimensiones, orientación y calidad arquitectónica, este edificio se interpreta como una construcción representativa – posiblemente con funciones administrativas, ceremoniales o comunitarias.
Anillo defensivo y acceso
Todo el asentamiento está rodeado por una muralla de piedra de forma anular que abarca casi por completo la cima:
- Muralla: muro de piedra denso y de gran altura, que restringe considerablemente el acceso.
- Entrada: solo una pequeña abertura controlable servía como acceso, un claro rasgo de un sistema defensivo.
Esta combinación de topografía natural y murallas artificiales convierte a Wilakaya en un ejemplo clásico de fortaleza en cumbre con función residencial.

Wilakaya como tambo y asentamiento habitacional
Desde el punto de vista arqueológico, Wilakaya presenta características tanto de tambo (puesto de descanso o estación en la red de caminos andinos) como de asentamiento habitacional permanente:
- Función de tambo: la ubicación cercana a una ruta regional y su posición estratégica en altura hacen pensar que viajeros, mensajeros o tropas podían hacer escala aquí.
- Carácter residencial: la cantidad de viviendas, corrales y estructuras indica claramente que Wilakaya fue también un lugar ocupado durante largos periodos.
De este modo surgió una estructura híbrida que combinaba funciones militares, logísticas y cotidianas – un pequeño centro que ofrecía seguridad, alojamiento y control sobre la región circundante.
Cómo llegar al sitio arqueológico de Wilakaya
El sitio arqueológico de Wilakaya se alcanza mejor desde Macusani pasando por el distrito de Coasa. Los últimos kilómetros se recorren por una trocha carrozable y luego por un sendero de montaña.
- Macusani – desvío Ajoyani: desde el terminal de minibuses de Macusani en combi por carretera asfaltada hasta el desvío hacia Ajoyani (aprox. 34 km, unos 30 minutos).
- Desvío Ajoyani – Coasa: continuar en combi hasta el paradero de Coasa (aprox. 52 km, alrededor de 1,5 horas, carretera asfaltada).
- Coasa – desvío Wilakaya: desde el paradero de Coasa en combi por la carretera en dirección al sitio (aprox. 15 km, unos 30 minutos, asfaltada).
- Desvío – sitio arqueológico de Wilakaya: a pie por un sendero altoandino (sendero de montaña) hasta el asentamiento (aprox. 2 km, alrededor de 1 hora).
El acceso es libre. Sin embargo, por razones de seguridad se recomienda coordinar previamente la visita con un contacto local (por ejemplo, con la persona de referencia indicada en la zona), ya que el terreno es muy expuesto y se encuentra en una región poco transitada.
Mejor época para viajar y horarios de visita
Wilakaya puede visitarse durante todo el año. El clima es típicamente altoandino: sol intenso durante el día, temperaturas frescas a frías y posibles cambios bruscos de tiempo.
- Periodo de visita: todo el año
- Horario recomendado: aproximadamente de 08:00 a 16:00 h, empezando por la mañana para asegurar el descenso antes del anochecer.
Experiencia natural: flora, fauna y paisaje
El camino hacia el sitio arqueológico de Wilakaya atraviesa un paisaje cultural altoandino, en el que las huellas arqueológicas se combinan de forma ideal con la experiencia de la naturaleza.
Fauna
- Vizcachas: roedores de aspecto similar al conejo que viven entre rocas y muros.
- Cóndores: observaciones ocasionales de los majestuosos buitres andinos sobre las crestas de los cerros.
- Oso de anteojos: con algo de suerte se pueden encontrar rastros de este raro oso andino en la zona más amplia.
Flora y plantas medicinales
A lo largo del sendero y en los alrededores crece una gran variedad de plantas medicinales y de uso tradicional:
- Muña: planta aromática muy apreciada en infusión y para molestias digestivas.
- Salvia (salvia): planta medicinal con múltiples aplicaciones.
- Panti panti y otras hierbas locales empleadas en la medicina tradicional.
Junto con las amplias vistas sobre valles, crestas y cielo, se crea un intenso panorama de puna que hace de la visita a Wilakaya una experiencia paisajística inolvidable.
Consejos prácticos para la visita a Wilakaya
- Condición física y altura: el ascenso es empinado y se realiza a gran altitud; es importante mantener un ritmo lento, hacer pausas y estar previamente aclimatado.
- Equipamiento: botas de trekking resistentes, ropa cortaviento e impermeable, capas de abrigo, protección solar (sombrero, gafas de sol, bloqueador), suficiente agua y snacks.
- Seguridad: es preferible no ir solo, observar la evolución del tiempo y regresar a tiempo en caso de niebla o riesgo de tormenta.
- Respeto por el sitio: no subir sobre muros y edificios, no retirar piedras ni artefactos, no dejar basura.
- Coordinación local: ponerse en contacto con la persona de referencia o la comunidad antes de la visita aumenta la seguridad y permite una experiencia en armonía con la población local.
Quien asciende al sitio arqueológico de Wilakaya se sitúa en una cumbre de piedra, historia y arquitectura defensiva – un lugar donde las preocupaciones y estrategias de una comunidad preincaica siguen reflejándose hoy en sus muros, trazados y vistas lejanas.

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