Templo San Pedro Mártir en Juli – catedral barroca a orillas del lago Titicaca
Resumen: la iglesia más importante de la pequeña ciudad de Juli
El Templo San Pedro Mártir, conocido también como catedral de Juli, se alza directamente en la Plaza Mayor Ludovico Bertonio de la ciudad de Juli, a orillas del lago Titicaca. A pocos pasos de la sede de la provincia, su imponente volumen domina el paisaje urbano. Como único templo en el que hoy se celebran de forma regular las ceremonias católicas, no solo es el centro religioso de la ciudad, sino también el ejemplo más destacado de arquitectura sacra colonial en Juli. En su interior la iglesia custodia a la Virgen de la Inmaculada Concepción, patrona de la ciudad.
Historia del Templo San Pedro Mártir
Orígenes dominicos en el siglo XVI
El origen del actual Templo San Pedro Mártir se remonta a mediados del siglo XVI. Ya en 1567 los dominicos levantaron en este lugar la primera iglesia de Juli, que entonces estaba dedicada a Santo Tomás. En estrecha relación con el cercano convento de San Pedro Mártir, el templo formaba el núcleo del primer asentamiento colonial.
Los jesuitas y la transformación barroca
Cuando más tarde los jesuitas asumieron la evangelización de la región, comenzó una fase de intensa renovación arquitectónica. Ampliaron el templo, modificaron la distribución de los espacios y le dieron una nueva advocación: primero a San Pedro y San Pablo y, finalmente, a San Pedro Mártir. En el año 1621 se concluyó la fachada de piedra, una de las primeras obras maestras de la cantería barroca en el altiplano de Puno.
Reformas hasta el siglo XVIII
Hasta aproximadamente 1760 la iglesia experimentó nuevas transformaciones. Los muros de las naves principales se reconstruyeron por completo con sillares de piedra labrada; la antigua cubierta ligera de quincha (entramado de caña y barro) fue sustituida por pesadas cúpulas de piedra y una sólida bóveda de cañón. Solo poco antes de la expulsión de los jesuitas en 1767 el templo adquirió su aspecto monumental actual.
Arquitectura y decoración interior
Planta y dimensiones
El Templo San Pedro Mártir impresiona por su amplia planta en forma de cruz latina:
- Longitud de la nave principal: aprox. 66 m
- Longitud del crucero: aprox. 30 m
- Ancho de las naves principales: alrededor de 15 m
Los potentes muros están construidos con piedra finamente labrada y rematados por una bóveda de cañón. A lo largo de las paredes laterales se alinean numerosos altares secundarios, enmarcados por arcos de piedra, que otorgan al interior un efecto rítmico y casi palaciego.
Fachada y campanario
La fachada principal del Templo San Pedro Mártir suele describirse como una de las más elegantes de la región. Está concebida en estilo barroco, pero con una composición sorprendentemente clara y sobria:
- Fachada en dos cuerpos con dos niveles superpuestos.
- Columnas cilíndricas sin decoración excesiva, que refuerzan el efecto vertical.
- Altura de la fachada: alrededor de 14 m.
- Campanario – la parte más artística del conjunto, con una fina labra de la piedra y proporciones muy armoniosas.
El acceso se realiza a través de un gran atrio y una escalinata de piedra dividida en dos tramos, que se abre en forma de abanico hacia la plaza y acentúa aún más el carácter monumental del templo.
Altares, retablos y pinturas
En el interior predominan los altares de madera barrocos y una rica decoración de arte sacro:
- Altar mayor: suntuoso retablo de madera, completamente recubierto de pan de oro, diseñado en el típico barroco andino.
- Estructura tripartita: tres zonas verticales, cada una dividida por columnas en tres niveles.
- Capillas laterales: a lo largo del crucero y de las naves se distribuyen capillas con retablos menores, semejantes al altar mayor en estilo.
- Colección de pinturas: representaciones religiosas de diversas épocas en la nave principal y en la sacristía, entre ellas obras en el estilo de la escuela cuzqueña.
Incluso las columnas que sostienen los arcos están adornadas con tallas doradas, motivos ornamentales y figuras, un impresionante ejemplo de la fusión entre la tradición barroca europea y la simbología andina.
La Virgen de la Inmaculada Concepción
La Virgen de la Inmaculada Concepción, patrona de Juli, recibe una veneración especial. Su imagen se encuentra en uno de los altares más importantes del templo y es el centro de numerosas fiestas religiosas y procesiones que marcan la vida espiritual de la ciudad.
Visita al Templo San Pedro Mártir
Ubicación y acceso
El Templo San Pedro Mártir se encuentra directamente en la Plaza Mayor Ludovico Bertonio, en el corazón de Juli.
- Punto de partida: Terminal Terrestre de la ciudad de Juli
- Destino: Plaza Mayor Ludovico Bertonio / Templo San Pedro Mártir
- Transporte recomendado: taxi
- Distancia/tiempo: aprox. 1 km, unos 8 minutos de viaje
Horarios y mejor época para la visita
El templo está en principio abierto durante todo el año, con horarios de visita claramente definidos:
- Horarios de apertura: aprox. 08:00 – 12:30 horas
- Días: generalmente de domingo a jueves
- Uso: iglesia católica con celebraciones litúrgicas regulares; el acceso durante las misas está parcialmente restringido.
Para los viajeros se recomienda la visita por la mañana, cuando la luz ilumina cálidamente la fachada y en el interior los altares dorados brillan de forma especialmente espectacular.
Actividades para visitantes
El Templo San Pedro Mártir es al mismo tiempo lugar de oración y monumento cultural. Los visitantes pueden combinar su recorrido con diversas actividades:
- Fotografía y vídeo – toma de imágenes de la fachada, el atrio y los altares barrocos del interior (respetando las normas de la iglesia).
- Fiestas religiosas y patronales – participación u observación de las celebraciones, especialmente en los meses de junio y agosto, cuando se conmemoran días festivos importantes.
- Estudios e investigación – el templo es un campo fértil para estudios sobre historia del arte colonial, arquitectura y prácticas religiosas en el mundo andino.
Quien se toma el tiempo de recorrerlo, descubre en el Templo San Pedro Mártir no solo una construcción monumental, sino también un testimonio vivo del encuentro entre la cultura andina y el barroco europeo.
Imagen de portada: Alfredobi
