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La ciudad de Juli – joya colonial a orillas del lago Titicaca. Vista de la Plaza Mayor

Descubre Juli Excursiones y actividades Alojamientos Buses y traslados

Ciudad de Juli – joya colonial a orillas del lago Titicaca

Breve perfil de la ciudad de Juli en Perú

La pequeña ciudad de Juli, con algo más de 21.000 habitantes en el año 2015, se ubica de forma pintoresca a orillas del lago Titicaca, el lago navegable más alto del mundo, en el piso ecológico de la región Suni, en el sur del Perú. El clima es seco a semiseco, el aire claro, los horizontes amplios: un lugar ideal para combinar historia cultural, arquitectura y experiencias en la naturaleza. Juli está considerada como una de las ciudades con más historia del lago Titicaca y sigue siendo hasta hoy un tranquilo y auténtico pueblo andino con un fuerte patrimonio cultural.

La ciudad reúne huellas de unos 10.000 años de historia humana: desde pinturas rupestres y monumentos líticos de culturas precoloniales hasta iglesias barrocas, conventos y una de las primeras imprentas del continente.

Ubicación, acceso y orientación

Juli se encuentra en la región Puno, provincia de Chucuito, directamente en la orilla occidental del lago Titicaca. La ciudad forma parte del piso ecológico altoandino de la Suni, donde el paisaje está marcado por andenes de cultivo, pastizales y el intenso azul de las aguas del lago.

Cómo llegar de Puno a Juli

Desde Puno se viaja en miniván desde el Terminal Zonal directamente hasta Juli (aprox. 75 km, alrededor de 1 hora 20 minutos). Desde el terminal en Juli se continúa en taxi unos pocos minutos más (aprox. 1,5 km) hasta la Plaza de Armas Ludovico Bertonio, en el centro de la pequeña ciudad.

El mejor horario del día para la visita se sitúa entre las 06:00 y las 17:00 horas, cuando la luz es ideal para visitar las iglesias y disfrutar de las vistas sobre el lago Titicaca.

Actividades y experiencias en Juli

Juli combina cultura y naturaleza en un espacio reducido: arquitectura colonial, tradiciones religiosas, fiestas vivas y el lago Titicaca con sus múltiples opciones de recreación.

Cultura, folclore y fiestas religiosas

  • Fiestas religiosas y patronales – la ciudad vive sus tradiciones católicas con procesiones, música y danzas.
  • Rituales en el Apu San Bartolomé – en el cerro sagrado se realizan ceremonias místicas y tradicionales en las que la fe andina y el cristianismo se entrelazan.
  • Ferias y mercados – las ferias y fiestas locales ofrecen una mirada al artesanato, el comercio y la cultura cotidiana.
  • Gastronomía – degustación y preparación de platos típicos con ingredientes como papa, quinua, carne de alpaca o de res.
  • Presentaciones culturales – danza, música, teatro, pintura y escultura se presentan en el marco de fiestas y eventos.

Turismo comunitario y vida cotidiana

  • Visitas a comunidades con turismo comunitario – desde la ciudad se llega en bote a comunidades que apuestan por un turismo sostenible y gestionado por la propia población.
  • Compra de artesanías y souvenirs – artesanas y artesanos locales ofrecen textiles, cerámica y otros recuerdos.
  • Estudios e investigación – Juli es un destino interesante para la arqueología, la etnología y la historia cultural de las culturas precoloniales.
  • Fotografía y cine – los contrastes entre el azul del lago, las fachadas de las iglesias y el paisaje altoandino hacen de Juli un motivo ideal.

Actividades acuáticas y de playa en la Playa San Juan

En la cercana Playa San Juan se ofrecen numerosas actividades:

  • Paseos en barco – excursiones en bote, lancha o canoa a lo largo de la costa y hacia comunidades con proyectos de turismo.
  • Botes a remo y a pedales – paseos relajados en botes de remos o pedales sobre el lago.
  • Sea kayak – ideal para viajeros más activos que quieran experimentar el lago desde muy cerca.
  • Ciclismo & cuatrimotos – recorridos en bicicleta y paseos en cuatrimoto a lo largo de las playas y caminos rurales.
  • Zip-Line/Canopy – para los amantes de la adrenalina, en los alrededores de la Playa San Juan se encuentran ofertas de tirolesa.

Arquitectura, atractivos y iglesias de Juli

La diversidad arquitectónica de Juli es sorprendente para una ciudad pequeña. Varias iglesias, capillas, casonas coloniales y sitios arqueológicos en el área urbana y sus alrededores dan testimonio de la riqueza cultural e histórica local. Por ello, Juli lleva a veces el sobrenombre de «Roma de los indios».

Iglesias y capillas históricas

  • Templo San Pedro Mártir – construido a partir de 1565 junto con el convento dominico; una de las iglesias más importantes de la ciudad y emblema de la arquitectura colonial.
  • Templo Museo San Juan de Letrán de Juli – antiguo Templo San Juan Bautista, hoy iglesia-museo con un impresionante interior.
  • Templo de la Asunción o Santa María la Mayor – hoy Templo Museo Nuestra Señora de la Asunción; templo ricamente decorado con altares artísticos.
  • Capilla de San Pedro de Challapampa – pequeña capilla en un entorno rural donde se mezclan tradiciones coloniales y andinas.
  • Capilla de Huaylluni – otra capilla histórica en las afueras, ideal para conocer la arquitectura religiosa lejos de las plazas principales.

Particularidades arquitectónicas de la ciudad

  • Arcopata de Juli – zona característica de la ciudad con arcos coloniales y arquitectura urbana que transmite una impresión de la estructura histórica de la urbe.
  • Casa de la Inquisición – Escuela de los Indios Nobles – casona y edificio administrativo colonial de gran valor arquitectónico, que funcionó como escuela para nobles indígenas.

Sitios arqueológicos y caminos incaicos

  • Camino Inca Tramo Cruz Pata Ccaje – tramo de la red vial incaica que atraviesa el paisaje de Juli y es ideal para caminatas con contexto histórico-cultural.
  • Sitio Arqueológico de Huaquina – sitio arqueológico con antiguos cementerios y tumbas que reflejan el culto a los muertos de las culturas precoloniales.
  • Fortaleza de Pucará – restos de una fortaleza que ejercía control estratégico sobre los alrededores y habla de los conflictos bélicos en la región.
  • Complejo Arqueológico de Lundayani – extensa área arqueológica con carácter de ciudadela o fortaleza, que permite apreciar la complejidad de antiguos asentamientos.
  • Fortaleza de Tanapaca – Juli – otra fortaleza que funciona hoy como mirador de la puna y constituye un destino atractivo para caminatas.

Museos y hallazgos fósiles

  • Restos Fósiles de Choccocconiri – espacio expositivo con restos fósiles que ofrece una mirada al pasado geológico del Altiplano.
  • Museo Municipal Oscar Velazco Meza – museo municipal con colecciones de arqueología, historia colonial, arte local y cultura cotidiana de la región de Juli.

Fiestas religiosas como patrimonio cultural inmaterial

  • Festividad Virgen de la Inmaculada Concepción – una de las celebraciones marianas más importantes de la ciudad, con procesiones, bandas de música y danzas tradicionales.
  • Festividad de la Exaltación de la Santa Cruz (U Orqu Phista) – fiesta patronal en la que símbolos cristianos y rituales aymaras se funden en una celebración llena de color.

Estas fiestas se consideran acontecimientos culturales y atractivos turísticos centrales de Juli, ya que permiten vivir de manera intensa la dimensión espiritual de la ciudad y sus tradiciones vivas.

Templo de la Asunción o Santa María la Mayor

Clima y mejor época para viajar a Juli

Juli tiene un clima altoandino seco a semiseco, fuertemente influenciado por la altitud y el lago Titicaca.

  • Temporada de lluvias: aproximadamente de noviembre a marzo, con precipitaciones más frecuentes.
  • Temporada seca: de abril a octubre las lluvias son escasas y los días suelen ser despejados y soleados.
  • Meses más fríos: en mayo, junio y julio las temperaturas nocturnas pueden descender hasta unos -6 °C, mientras que durante el día ascienden a alrededor de 19 °C.

La época seca suele considerarse como la más favorable para viajar, aunque en realidad Juli puede visitarse durante todo el año. La ligera brisa del lago Titicaca suaviza la radiación solar y aporta una frescura agradable.

Las estatuas representan pumas, que en la cultura andina tienen un importante significado simbólico

Turismo, agricultura y sello Safe Travels

Hoy en día Juli es una pequeña ciudad tranquila, en la que las huellas del pasado preincaico y colonial conviven de forma armoniosa con la vida cotidiana de sus habitantes. La economía se basa principalmente en el turismo y la agricultura.

Diversidad agrícola

  • Ganadería: ovinos (corderos), alpacas y ganado vacuno marcan el paisaje de pastoreo.
  • Agricultura: cultivo de papa, quinua, cebada y otros productos propios de altura.

Estos productos forman parte de la gastronomía local y enriquecen la oferta culinaria para las personas visitantes.

Un destino seguro y reconocido

En julio de 2021, la pequeña ciudad de Juli recibió la distinción Sello Safe Travels, un reconocimiento internacional que certifica a Juli como destino seguro para quienes la visitan. Junto con la antigua denominación de «Benemérita Villa», su elevación al rango de ciudad en el siglo XIX y su designación como «Capital Arqueológica de la región José Carlos Mariátegui», este sello subraya la posición especial de Juli dentro del tejido cultural y turístico del sur del Perú.

Templo Museo San Juan de Letrán de Juli

Historia y patrimonio cultural de Juli

El momento exacto de la fundación de Juli es difícil de precisar, pero las tradiciones orales y las crónicas hablan de varias «fundaciones» de la pequeña ciudad: desde los primeros asentamientos de grupos aymaras hasta la incorporación al Imperio incaico y, más tarde, a los periodos colonial español y republicano.

Culturas precoloniales en el lago Titicaca

En los alrededores de Juli se encuentran vestigios arqueológicos de varias culturas precolombinas. Entre las más importantes figuran:

  • Sillumocco – cultura local temprana con arte rupestre y monumentos líticos.
  • Pukara – reconocida cultura del Altiplano con esculturas monumentales en piedra.
  • Tiwanaku – influyente cultura del entorno del Titicaca con amplio alcance en la región surandina.
  • Lupaqa – importante señorío aymara en la ribera occidental del lago, con un fuerte centro en la zona Chucuito–Juli.
  • Inka – el último gran imperio andino, que integró la región a su red de caminos, su administración y su sistema religioso.

Una parte de este legado se aprecia en estelas, monolitos, muros defensivos y chullpas (torres funerarias) que marcan el paisaje de los alrededores de Juli y le han valido la fama de «corazón arqueológico» de la provincia de Chucuito.

Las tres fundaciones de Juli

Antiguas tradiciones, transmitidas entre otros por el cronista Cieza de León, hablan de tres fundaciones simbólicas de la pequeña ciudad de Juli:

Primera fundación – la época de Qhari (ca. 1300)

Hacia el año 1300, un temido jefe militar llamado Qhari habría avanzado con sus guerreros hacia el Altiplano. Desde la región de Cuquimpu saqueó y devastó numerosos asentamientos y, finalmente, se estableció en Chucuito. La península de Luquina, las alturas de Pichacani y lugares como Chiaraki, Wilakarka y Phara-ti (actualmente Azángaro, Lampa y Ayaviri) fueron escenario de violentos enfrentamientos.

Por orden de Qhari se reubicaron grupos familiares completos y se fundaron nuevos asentamientos, entre ellos Cojilawi, Pumauta y Zepita. Uno de estos grupos, los Chullis, fue asentado en la zona de Lunthantani, el actual Lundayani al pie del cerro Chokorasi o Jank’ojake: un temprano origen del futuro espacio de Juli.

Museo en Juli, exposición con huellas de unos 10.000 años de historia de la humanidad

Segunda fundación – la Pax incaica y el ave Ch’ulli

Entre 1438 y 1471, el gobernante inca Cusi Yupanqui (Pachacútec) emprendió campañas militares hacia la región del Collao. Destruyó Ayawiri, tomó Hatun Qolla y se enfrentó a la resistencia de diversos señores locales, entre ellos Qhari de Chucuito y Chuchi Qapaq y Sumalla de Azángaro. Tras combates en la zona de Pukara, en los cuales las tropas cusqueñas resultaron victoriosas, avanzaron hacia Chucuito.

Los Lupaqa de Juli opusieron inicialmente una fuerte resistencia y levantaron muros defensivos en el Cerro Pukara. Cuando las fuerzas se agotaron, se iniciaron negociaciones de paz. Según la leyenda, un pequeño pájaro llamado Ch’ulli – símbolo de la paz – voló entre los bandos enfrentados e inspiró a ambos a deponer las armas. En honor a este pájaro, el asentamiento naciente recibió el nombre de Ch’ulli, más tarde también Llulli.

Con el tiempo, el nombre se simplificó a Juli bajo la influencia española, ya que la pronunciación original aymara resultaba difícil para los conquistadores. El «pájaro de la paz» aún existe en pequeñas poblaciones; su hábitat son las totorales y playas del lago Titicaca.

Tercera fundación – la ciudad española (1565)

La auténtica fundación española de Juli tuvo lugar en el contexto de la reorganización del virreinato. En 1564 llegó a Lima el licenciado Lope García de Castro para reemplazar al virrey Conde de Nieva. Como presidente de la Audiencia de Lima reorganizó los Corregimientos de Indios y dispuso la fundación de nuevas «reducciones».

El 2 de abril de 1565, Juli fue oficialmente fundada como Aldea. La fundación formal estuvo a cargo de Jerónimo de Silva, Pedro Mejía y los frailes dominicos Francisco de San Miguel y Tomás Román, con la presencia de los líderes indígenas Diego Jorge Huallpa y Francisco Pongo Puma, así como del alcalde Felipe Kallu. Con ello comenzó la historia de la ciudad española de Juli, que sigue siendo visible hasta hoy en el trazado de sus calles y plazas.

Dominicos, jesuitas y la «ciudad de las iglesias»

Los dominicos fueron los primeros religiosos en asentarse de forma permanente en la zona de Juli. Ya en 1553 se fundó en Chucuito el Convento de San Vicente, mientras que en Juli se construyó inicialmente una casa para los frailes. Sin embargo, con la fundación del Convento de San Pedro Mártir en 1565, Juli se convirtió rápidamente en el principal centro dominico de la región, desplazando a San Vicente de Chucuito como sede principal. El nuevo convento de San Santiago en Pomata también fue administrado desde Juli.

El corregidor de Chucuito, don Jerónimo de Silva, trazó el plano de la nueva ciudad: definió la ubicación de plazas, calles e iglesias, amplió el espacio del futuro templo principal y asignó a la población indígena zonas de vivienda en los barrios periféricos, donde hasta hoy apellidos como Juli y Cariapaza siguen siendo comunes. Sobre las ruinas de la casa del cacique Cariapaza, los dominicos comenzaron a levantar las primeras iglesias: San Pedro Mártir, Asunción y San Juan.

A finales del año 1576 llegaron a Juli los misioneros de la Compañía de Jesús (jesuitas). Permanecieron hasta su expulsión en septiembre de 1737. En este periodo consolidaron la fama de Juli como centro religioso e intelectual, edificaron nuevas iglesias y conventos y fomentaron la educación en la región.

Una de las primeras imprentas de América

Juli fue una de las primeras ciudades de América en contar con una imprenta. Los jesuitas la llevaron a la pequeña ciudad hacia 1599 con el objetivo de difundir la doctrina cristiana. Aquí se produjeron algunas de las primeras obras bilingües en aymara y castellano, mediante las cuales se difundieron catecismos, oraciones y textos de enseñanza en dos idiomas: un testimonio notable de la temprana comunicación intercultural en los Andes.

Del virreinato a la república

Con el paso a la época republicana, Juli siguió siendo un importante centro administrativo y cultural de la provincia de Chucuito. El 3 de junio de 1828, el presidente peruano José de la Mar declaró el lugar «Benemérita Villa» y capital de la provincia de Chucuito. Más tarde, el 5 de septiembre de 1889, el presidente Andrés Avelino Cáceres elevó oficialmente a Juli al rango de ciudad.

En 1991, la Asamblea Regional otorgó a Juli el título de «Capital Arqueológica de la región José Carlos Mariátegui», un reconocimiento a la extraordinaria concentración de recursos arqueológicos e históricos en el área urbana y sus alrededores.

Templo San Pedro Mártir

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Más información y consejos

  • Festividad Virgen de la Inmaculada Concepción en Juli
  • Artesanía en Juli – tapices bordados y textiles de los Andes
  • Casa de la Inquisición – Escuela de los Indios Nobles en Juli
  • Arcopata de Juli – arco en el antiguo Camino Real

Lugares y experiencias
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