
Parque Nacional Bahuaja Sonene – Maravilla amazónica entre Puno y Madre de Dios
Ubicación y carácter del parque nacional
El Parque Nacional Bahuaja Sonene se encuentra en la zona de transición entre la cordillera de los Andes y la Amazonía y es considerado uno de los ecosistemas más singulares del Perú. Se extiende por las provincias de Sandía y Carabaya en la región Puno, así como por la provincia de Tambopata en Madre de Dios.
Sus límites naturales están marcados por:
- al oeste, el río Tambopata,
- al este, el río Heath como frontera con Bolivia,
- al norte, la Reserva Nacional Tambopata,
- al este, el Parque Nacional Madidi en Bolivia hasta la confluencia de los ríos Colorado y Tambopata,
- al oeste, la divisoria de aguas entre las cuencas de los ríos Inambari y Tambopata cerca del poblado de Kotsimba,
- al sur, la divisoria de aguas de los ríos Huari Huari y Azata.
Junto con las áreas protegidas vecinas, Bahuaja Sonene forma parte de un enorme corredor de conservación transfronterizo, que se cuenta entre las regiones de mayor biodiversidad del planeta.
Clima y mejor época para viajar
En el Parque Nacional Bahuaja Sonene predomina un clima subtropical, cálido y húmedo. Las temperaturas máximas anuales oscilan entre 25 y 30 °C, mientras que las precipitaciones varían entre 1.600 y 2.400 mm.
- Temporada de lluvias: de diciembre a marzo – lluvias intensas, alta humedad, bosques de un verde exuberante.
- Época más seca: aproximadamente de abril a noviembre – ideal para caminatas largas y observación de fauna.
- Ingresos de aire frío: entre mayo y julio pueden llegar frentes fríos australes que bajan las temperaturas temporalmente a unos 14–16 °C.
Debido a su aislamiento y al carácter de expedición, el parque es especialmente recomendable para viajeros de naturaleza bien preparados, que cuenten con guías locales y equipamiento adecuado.

Paisajes y hábitats: donde los Andes se encuentran con la Amazonía
Bahuaja Sonene es un mosaico de bosques lluviosos de montaña, sistemas fluviales, pantanos, lagunas y sabanas de palmeras. Diversos ríos como el Heath, Távara, Tambopata y Candamo atraviesan el territorio, rodean cadenas de colinas, terrazas y planicies aluviales.
Bosques de montaña y “bosques enanos”
En las zonas montanas predominan los llamados bosques enanos, formaciones de árboles bajos y matorrales densos. Son frecuentes especies de las familias:
- Clusiaceae,
- Rubiaceae,
- Myrsinaceae.
Musgos, líquenes y epífitas recubren troncos y ramas y dan al bosque un aire casi místico.

Pampas del Heath – sabanas de palmeras de importancia mundial
Uno de los grandes atractivos del parque son las Pampas del Heath, unas 8.000 hectáreas de sabanas de palmeras. Se caracterizan por:
- amplias praderas con decenas de especies de gramíneas y hierbas,
- palmeras dispersas, especialmente la palmera aguaje (Mauritia flexuosa),
- islas de bosque y manchas de matorrales.
Estas sabanas son hábitat de especies altamente especializadas como el lobo de crin (Chrysocyon brachyurus), que en el Perú prácticamente solo se registra en esta región.
Bosques ribereños, bambú y cochas
La cuenca del Távara presenta bosques de transición entre la Amazonía baja y los yungas bolivianos, con formaciones ricas en árboles de la familia Bignoniaceae. En la cuenca del Tambopata dominan:
- dos especies características de bambú,
- típicos bosques inundables de galería,
- una elevada densidad de lianas y plantas trepadoras.
En todo el parque aparecen cochas (meandros abandonados), pantanos y lagunas que sirven como refugio y zona de cría para muchas especies de fauna.

Flora: riqueza tropical en bosque y sabana
Los bosques del Parque Nacional Bahuaja Sonene albergan una gran variedad de especies arbóreas de importancia ecológica y económica, entre ellas:
- cedro (Cedrela odorata),
- caoba (mahogany),
- castaña (nuez del Brasil, Bertholletia excelsa),
- tornillo (Cedrelinga catenaeformis),
- ishpingo,
- diversas palmeras como pona, hungurahui y aguaje,
- wasai y árboles de caucho.
En las zonas de transición entre bosque lluvioso y tierras altas destacan además formaciones de arbustos, bromelias y epífitas, de gran interés para botánicos y viajes de investigación.

Fauna: de la harpía al lobo de crin
El Parque Nacional Bahuaja Sonene se encuentra entre las regiones con mayor diversidad biológica del país. Hasta la fecha se han registrado:
- más de 600 especies de aves,
- 174 especies de mamíferos,
- alrededor de 100 especies de reptiles y anfibios,
- unas 232 especies de peces,
- y más de 1.200 especies de mariposas.
Aves – un paraíso para birdwatchers
Solo en la zona del río Heath se han registrado 378 especies de aves, entre ellas:
- la imponente harpía (Harpia harpyja),
- el cóndor de la selva (Sarcoramphus papa),
- la espátula rosada (Ajaia ajaja),
- el colibrí de cola blanca (Polytmus guainumbi),
- el gorrión de las pampas (Ammodramus humeralis),
- al menos siete especies de guacamayos, entre ellos el guacamayo de hombros rojos (Ara nobilis),
- el llamativo tucán toco (Ramphastos toco),
- y la rara polluela ocelada (Coturnicops schomburgkii).
Mamíferos, reptiles y anfibios
Entre los mamíferos destacan:
- el lobo de crin (Chrysocyon brachyurus), un cánido grande registrado en el Perú casi exclusivamente en este parque,
- tres especies de perros de monte (Speothos venaticus, Cerdocyon thous, Atelocynus microtis),
- el ciervo de los pantanos (Blastocerus dichotomus),
- la nutria gigante o lobo de río (Pteronura brasiliensis),
- el poderoso caimán negro (Melanosuchus niger) que puede alcanzar hasta 6 metros de longitud,
- el tapir amazónico (Tapirus terrestris, sacha vaca),
- el mono maquisapa o mono araña negro (Ateles paniscus),
- y el oso hormiguero gigante (banderón, Myrmecophaga tridactyla).
La herpetofauna incluye al menos cinco especies endémicas de ranas de las familias Hylidae, Dendrobatidae y Leptodactylidae, lo que subraya la singularidad ecológica del parque.

Cultura e historia: el territorio de los Ese Eja
El área del actual parque nacional está habitada desde hace 3.000 a 4.000 años. La cultura indígena de los Ese Eja ocupaba tradicionalmente las riberas del río Tambopata y sus afluentes. Su vida estaba íntimamente ligada a los ríos, al bosque y a la fauna silvestre.
A inicios del siglo XX, el auge del caucho provocó una intensa persecución y expulsión de la población local. Muchos Ese Eja fueron diezmados o desplazados hacia zonas remotas de las cuencas del Tambopata y del Heath. Hoy son aliados clave en la conservación y guardianes de un profundo conocimiento sobre plantas, animales y el equilibrio del bosque tropical.

Cómo llegar al Parque Nacional Bahuaja Sonene
El acceso es largo pero espectacular y atraviesa distintos pisos ecológicos, desde el altiplano puneño hasta el bosque lluvioso amazónico de montaña. Los puntos de partida más habituales son Puno, Juliaca, Sandia y San Pedro de Putina Punco.
Ruta principal Puno – Juliaca – Putina Punco – Azata
- Puno – Juliaca
Terminal Zonal Puno – Terminal San Francisco (Juliaca)
Acceso: terrestre, combi, vía asfaltada
Distancia/tiempo: aprox. 45 km / alrededor de 1 hora - Juliaca – San Pedro de Putina Punco
Terminal San Francisco – paradero Putina Punco
Acceso: terrestre, miniván (transporte público), vía asfaltada
Distancia/tiempo: aprox. 279 km / unas 8 horas - Putina Punco – Centro Poblado Azata (sector Victoria)
Acceso: vehículo 4×4 / pick-up, carretera afirmada (tierra compactada)
Distancia/tiempo: aprox. 22 km / alrededor de 1,5 horas - Azata – Parque Nacional Bahuaja Sonene
Acceso: a pie, por senda de bosque y montaña (sendero)
Distancia/tiempo: aprox. 10 km / unas 3 horas de caminata
Otras rutas de acceso
- Juliaca – Azángaro – Sandia – Putina Punco – Azata – PN Bahuaja Sonene (vehículo privado + trekking)
- Sandia – Pampa Yanamayo – Puesto de control Cuchini (Alto Inambari) y, desde allí, unos 7 km a pie hacia el interior del parque.

Entrada y regulaciones de visita
Al tratarse de un área de protección estricta, el acceso es semi-restringido y está sujeto a autorización de la jefatura del parque. Las tarifas de ingreso son aproximadamente:
- Visitantes extranjeros: S/. 30,00
- Ciudadanos peruanos: S/. 15,00
- Niños: S/. 8,00
Los boletos y permisos se tramitan en la oficina del parque en Puno (Pasaje 2 de Febrero N.º 154, 3.º piso, Tel. 051-363960). Además, se realiza un registro en el puesto de control de Putina Punco u otros puntos oficiales de ingreso.
El horario recomendado de visita se sitúa entre las 08:00 y las 16:00 horas. Es fundamental llevar ropa adecuada, protección contra la lluvia, calzado resistente, repelente de insectos, agua suficiente y un botiquín básico.

Actividades: naturaleza, aventura e investigación
El Parque Nacional Bahuaja Sonene no es un destino de turismo masivo, sino un escenario para viajes de expedición, fotografía de naturaleza, investigación científica, ornitología y aventura.
Observación de flora y fauna
Con un guía experimentado es posible:
- avistar grandes mamíferos como jaguar, tapir, lobo de crin o nutrias gigantes,
- observar distintas especies de monos (maquisapas, capuchinos, aulladores),
- registrar innumerables especies de aves, desde guacamayos y harpías hasta aves acuáticas,
- y conocer de cerca reptiles y anfibios
en su hábitat natural, siempre manteniendo el debido respeto y distancia.
Trekking, camping y recorridos en canoa
Según el sector y los permisos, se pueden realizar:
- caminatas y trekking por senderos señalizados o guiados,
- campamentos en zonas autorizadas con equipo propio,
- navegación en canoa o rafting en tramos específicos de los ríos (con equipo de seguridad y guías especializados).
Turismo responsable en Bahuaja Sonene
Visitar el Parque Nacional Bahuaja Sonene implica también asumir una responsabilidad. Para proteger este ecosistema tan sensible y la cultura de las comunidades locales, los visitantes deben:
- no dejar ningún tipo de basura,
- no molestar ni alimentar a los animales silvestres,
- no extraer plantas, semillas ni rocas,
- permanecer en los senderos y respetar las indicaciones de los guardaparques,
- respetar los derechos y el modo de vida de la población indígena.
De esta manera, este parque nacional entre Andes y Amazonía podrá conservarse como un tesoro vivo de naturaleza y cultura para las generaciones futuras.

