Qhapaq Ñan los caminos incas

Todos los caminos conducen a Cusco» – Qhapaq Ñan, la red de caminos de la época incaica

Es bien sabido que los incas dejaron tras de sí enormes y aún asombrosas construcciones, pues casi todo el mundo conoce los grandes sitios culturales como Machu Picchu o Pachacámac. Sin embargo, es menos conocido que también construyeron carreteras, aunque bien mirado sólo es plausible, ya que el gran imperio tenía que mantenerse unido de alguna manera.

Qhapaq Ñan es el nombre que recibe una red de caminos de la época incaica que se extiende por las fronteras de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú, es decir, por todo el antiguo imperio inca del Tahuantinsuyo, y que hoy es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. En total, comprende más de 30.000 kilómetros de caminos y senderos de hasta 20 metros de ancho.

¿Dónde se encuentra el Qhapaq Ñan?

Los incas llamaban a su imperio Tawantinsuyu, la tierra de las cuatro partes. La capital era la ciudad andina de Cuzco, en el sur de Perú. El Qhapaq Ñan está formado por cuatro caminos principales y otras rutas más pequeñas. Como Cuzco, en el sur de Perú, era el centro del imperio inca, esta ciudad era el punto de partida de estos cuatro caminos. Esto significaba que los incas podían viajar desde Cuzco tan al norte como Quito, en Ecuador, y tan al sur como Santiago de Chile. A la inversa, también se podría decir que los incas construyeron su red de carreteras siguiendo el mismo principio que los romanos. El conocido dicho podría entonces modificarse a «Todos los caminos conducen a Cusco». A lo largo de los caminos había asentamientos con depósitos de suministros, pero también puestos militares. En principio, esta red de carreteras conectaba ciudades importantes, zonas mineras, áreas agrícolas y lugares sagrados incas y los hacía más fácilmente accesibles.

La importancia de la red de carreteras

Desde 2001 se trabaja para nominar las rutas como Patrimonio de la Humanidad. No ha sido fácil porque los seis países por los que discurre el Qhapaq Ñan han tenido que colaborar estrechamente. Hay varias razones por las que el Qhapaq Ñan podría incluirse en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. En primer lugar, era una importante ruta de transporte. Los caminos se utilizaban para transportar mercancías desde zonas remotas hasta las ciudades importantes del Imperio Inca, y las rutas también eran muy importantes para los viajeros. Gracias a su buena organización, los incas pudieron gobernar y abastecer un enorme imperio. Por otro lado, el sistema de carreteras demuestra realmente lo poderoso que era el pueblo. Los incas fueron capaces de construir una sociedad cohesionada en un país que hasta entonces había estado habitado principalmente por pueblos locales. La red de carreteras no consistía simplemente en caminos. Para que fuera seguro caminar por ella, también se integró un sistema de alcantarillado y tuberías de desagüe.

Historia del Qhapaq Ñan

Las culturas que gobernaron Sudamérica antes de los incas empezaron a desarrollar las rutas más importantes. Por ello, tras la llegada de los incas al poder, pudieron hacerse cargo de algunos de los sistemas viarios existentes. Resulta asombroso que las rutas condujeran a veces por terrenos extremos, sobre picos nevados de hasta 6.000 metros de altitud, a través de la selva tropical, por desiertos y fértiles valles hasta la costa. Esta extraordinaria obra de ingeniería alcanzó su máxima extensión en el siglo XV. En principio, se pudo acceder a toda la longitud y anchura de los Andes.

¿Qué se puede ver del Qhapaq Ñan en la actualidad?

Los caminos ya no están tan bien conservados como en la época incaica, aunque los seis estados por los que discurre el Qhapaq Ñan deben velar por que no sigan desapareciendo. Todavía hoy pueden verse algunos caminos de tierra o pedregosos. La piedra y la tierra se utilizaban como materiales de construcción. Las piedras solían proceder de las cercanías, lo que significa que la red de caminos se construía con muchos tipos diferentes de piedra, dependiendo de dónde se encontrara la cantera más cercana y de lo que allí pudiera extraerse.

Hoy en día, los trabajos de reparación y mantenimiento deben realizarse de la misma manera. El Qhapaq Ñan debe conservarse como era originalmente, sin signos visibles de la civilización actual. Los caminos siguen siendo utilizados, en parte por los pastores de las montañas que conducen sus ovejas por ellos, pero también por la población local como senderos entre aldeas.

El paisaje es a menudo impresionante. A veces un camino serpentea por la ladera de una montaña, mientras que al otro lado el terreno desciende abruptamente. En otros puntos, la vista se abre a un fértil valle o el camino desciende escalonado hasta el mar. De especial interés para los visitantes de Perú es el llamado Camino Inca, un pequeño tramo del Qhapaq Ñan.

Comienza en el kilómetro 82 de la línea ferroviaria Cusco-Aguas Calientes y llega hasta Machu Picchu. La caminata dura cuatro días y debe reservarse con antelación, ya que se ha limitado el número de personas para no destruir el pavimento parcialmente original, de siglos de antigüedad. Realmente no hay mejor manera de preparar una visita a la antigua ciudad inca.